lunes, 6 de mayo de 2013

Ciencia y paciencia.


Quise dedicarme a la noble ciencia, pero me faltaba inteligencia. A la matemática no le tuve paciencia y, perdido por mi falta de experiencia, entré en rápida decadencia. Hoy de dinero tengo ausencia, el bolsillo clama ¡urgencia!, me alimento con alguna menudencia. Este estado de indigencia se debe a mi entera negligencia. Si te apiadas de esta contingencia y perdonas mi impertinencia, practica conmigo la beneficencia porque, como sabes, tengo buena presencia y puedo llegar a una gerencia, quizás a una intendencia o, ¿por qué no?, a la mismísima presidencia.

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