Por Ricardo López Göttig
Es el
órgano ubicado en la región ventricular meridional subneuronal entre el pulmón
derecho y el muslo izquierdo. No suele ser fácil de localizar porque este
órgano tiene la particularidad de trasladarse por su sola voluntad en esa vasta
zona, por lo que el cirujano debe tener una gran paciencia, pericia y alta
dosis de buena suerte para hallarlo en el caso de querer extirparlo. De
carácter esquivo, el cúbito heptopulmonar tiene funciones que no resultan claras
para el cuerpo humano. Según el dictamen mayoritario de la Academia de Ciencias
Humanas de Luxemburgo, en su reunión plenaria de diciembre del 2009, en este
órgano se alojan los pensamientos de ingratitud y malicia, sobre todo los
vinculados a relaciones de vecindad insatisfactorias. Avalaría esta hipótesis
el hecho de que el cúbito heptopulmonar está hipertrofiado en hombres y mujeres
entre 30 y 55 años, habitantes de edificios de departamentos y que fueron o son
miembros activos de las reuniones de consorcio y de los consejos de
administración. Sería, entonces, la sede de donde emanan y se desarrollan los
chismecillos de pasillo, los minúsculos altercados por goteras no arregladas,
los dimes y diretes en los que se suele involucrar –aviesamente- el encargado
del edificio, las trapisondas de escaleras y mensajillos anónimos pegados en
los ascensores.
El dictamen
minoritario de la referida Academia, no obstante, sostiene que esos
pensamientos de ingratitud y malicia no son exclusivos del cúbito
heptopulmonar, ya que también se hallan alojados en órganos como la glándula
peptifibriral y el llamado “falso estómago ecoductual”, cuya existencia es
puesta en tela de juicio por varias instituciones médicas.
El cúbito
heptopulmonar tiene tres posibles morfologías, a saber: a) de aspecto viscoso
oscuro, violáceo y semejante a un cono o trompeta, que puede llegar a una
longitud de 30 centímetros y espesor entre 9 y 5 centímetros; b) de forma de
tirabuzón, amarillo y con asperezas rugosas; y c) una madeja de filamentos de
rojo intenso, unida por un vértice esférico azulado. Aún no se ha establecido
con certeza suficiente si son tres tipos de cúbitos, o si es uno con
metamorfosis sucesivas de variabilidad con relación a la dispepsia y pago
regular de las expensas.
Muchos
pacientes han solicitado ser extirpados del cúbito heptopulmonar, lo que
conlleva una operación de alto riesgo quirúrgico. Se recomienda, para un
resultado exitoso, quitar las vísceras, músculos y huesos de la región en la
que se aloja a fin de que el cúbito no se esconda, y después volver a colocar más
o menos en su sitio anterior las piezas removidas.
Observación:
dícese que el cúbito heptopulmonar es adicto a los pepinillos agrios.